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Enseñanzas del Maestro V. sobre el dominio del pensamiento - Parte III

  • Foto del escritor: Benigno Morilla
    Benigno Morilla
  • 22 mar 2022
  • 2 Min. de lectura

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Supongo que usted se está refiriendo a la distinción que se establece en la psicología Gestalt entre mapa y territorio.


- Sí –respondió rápidamente V.- El territorio es la realidad que hemos conocido con todos los elementos que la componen y el mapa es la copia o representación que de ello hemos hecho en nuestra mente.


- Comienzo a vislumbrar por dónde discurre su razonamiento –afirmó David.

- Es sencillo –dijo V-. Nuestra mente es un duplicado de la realidad conocida por cada uno de nosotros. Ese es el mapa.


Lola, avispada, apuntó:

- Una realidad que no es, supongo, la misma para todos.

- En efecto –aclaró V.- Cada uno ha representado en su interior la realidad objetiva según sus significados subjetivos. Un árbol es siempre un árbol, pero no está representado de la misma manera por dos personas. Ni sus significados son los mismos. Para un carpintero un árbol es su material de trabajo con el que se gana la vida. Para un jardinero significa también parte de su entorno de trabajo, pero desde un enfoque bien distinto al del carpintero. Y así, desde su perspectiva personal, cada persona no sólo ha duplicado en su mente la imagen de cada árbol que ha visto sino que, además, lo ha significado de una manera diferente. Es decir, no sólo hemos duplicado en nuestro interior cada parte de la realidad que hemos conocido, sino que la hemos significado y etiquetado, gracias al lenguaje, creando, cada uno, un mundo propio diferente del de los demás.


David, frunciendo el ceño, preguntó:

- ¿Insinúa que no compartimos con nadie nuestro mundo? ¿Qué somos entes encapsulados cada uno en su propio mundo, que es una copia de la realidad?


V. replicó raudo y taxativo.

- Sí, pero hasta cierto punto, sí. Es imposible que dos personas hayan conocido la misma porción de realidad y, además,

compartan del todo sus significados. Admitimos que cuando dos personas dicen comprenderse es debido a que han significado de modo parecido una parte de la realidad. Y es esa parte la que les unes. La unión se produce por la concurrencia de significados similares sobre cierta parte de la realidad. Más la representación de la realidad no puede ser nunca compartida al completo. Estaréis de acuerdo conmigo en lo siguiente: uno se siente afín con otro respecto a determinada parcela de la realidad que ha sido representada y significada de la misma manera. Pero respecto a otra parcela de la realidad no es totalmente coincidente. Por eso, tenemos amistades diferentes con las que concordamos en puntos diversos. Aquella persona con la que compartimos representaciones y significados parecidos son con las que nos sentimos más contentos. Pero esto puede ser una trampa debido a que, en el fondo, aprobamos al que piensa como nosotros, es decir, a quién ha creado representaciones y significados de la realidad similares a los nuestros. Esto nos da seguridad. Los amigos afines parecen decirnos: “estás en lo cierto, porque piensas igual que yo”.


Lola intervino:­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

Continuará

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