El Conocimiento imprescindible
- Benigno Morilla

- 1 abr 2021
- 2 Min. de lectura

-¿Dices que no se puede adivinar el futuro, joven?
-Así es, por mucho que su ciencia astrológica sostenga lo contrario.
-¡Ah! conoce usted la… ¿ciencia astrológica?
-Algo he oído.
-¿En ese caso podrá decirme cómo será la próxima primavera?
-Supongo que más soleada que el inverno, más florida, los frutos sazonarán, las horas de luz serán más largas, llevaremos ropajes más ligeros.
-¡Muy bien!
-Y después de la primavera, ¿qué ha de venir?
-Por supuesto el verano.
-Y, ¿qué cambios habrá?
-Más calor, el Sol brillará con fuerza a veces sofocante, severa, y los frutos estarán más sazonados…
-Bien, bien, veo que sabe con certeza cómo será el verano. ¿Y el otoño?
-Volverá a enfriar de nuevo, las hojas de los árboles caerán, los animales buscarán sus refugios, y….
-No siga, veo que también sabe cómo será el otoño.
-¿Cómo no he de saberlo si tengo 26 años y salvo pequeñas excepciones nada, cada año, han alterado el curso de la naturaleza.
-Entonces, también sabrá que al otoño le sigue el invierno y que hará mucho frio; los seres humanos buscarán el calor del fuego, escaseará la comida, el campo parecerá adormecido, la caza será menor…
-Sí
-¿Y dice que no se puede adivinar el futuro? Saber el futuro no es como mirar por el ojo de una cerradura con la certeza de que estamos viendo lo que ha de venir. Dicen que el Todopoderoso conoce el futuro, pero que éste le está vetado a los hombres aunque permita atisbar algo por algunas rendijas que permiten ver parte y anticiparse a él.
-Pero usted me ha expuesto aspectos generales de cada estación. No se ha referido a personas en particular y aquello que ha de acontecerle.
-Usted lo acaba de mencionar, lo general, salvo en contadas ocasiones, pongamos por ejemplo un terremoto, no coincide con lo particular. En cuando a las personas también pasan por las cuatro estaciones de la vida. Infancia, juventud, madurez y vejez. Es decir, el tiempo es circular, no lineal, y cada persona es un mundo, aun dentro del espacio común propio de cada estación. Pero no conviene afligirnos por cómo es el mundo. Puede que otro ciclo siguiente nos aguarde lo que en esperábamos en otro ciclo anterior. Además, si quiere usted otear para conocer su destino, hay un modo ancestral y relativamente simple basado en parte en lo que le expuesto.
Una Carta Astral puede desvelar parte de nuestros avatares únicos dejando de lado los colectivos.
-Me está convenciendo. Le haré caso. Voy a probar haciéndome una Carta Astral.
-No se arrepentirá, y le pido, por favor, que no haga afirmaciones tajantes desconociendo un tema. Me basta para hacerle una lectura astrológica particular con saber su fecha de nacimiento, su hora y su lugar de nacimiento, todo ello lo más preciso que le sea posible.
-Lo repito, ahora muy en serio, así lo haré.
- Es usted un hombre sensato y sin prejuicios. Eso lo llevará lejos. No lo afirmo yo, sino un Gran Maestro y uno de sus discípulos, Mateo, que nos refirió esta metáfora.
“(…) pues aun vuestros cabellos están todos contados.”
Benigno Morilla.
Profesor y consultor astrológico.






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